El bizcocho de chocolate y yogur es uno de los postres más ricos y como verás más fáciles de preparar. Su elaboración se lleva a cabo en mayor medida en el horno, por lo que no tendrás que estar presente en la cocina todo el tiempo.
Ten en cuenta que para esta receta debes disponer de los mejores utensilios y menaje para repostería y pastelería.
Tabla o índice de contenidos:
Ingredientes para 8 personas (molde de 20 cm de diámetro)
3 huevos
1 yogur natural (125gr)
Harina (2 medidas de yogur)
Cacao en polvo (1 medida de yogur)
Levadura o polvo de hornear (1 sobre)
Aceite de oliva (media medida de yogur)
Azúcar blanco (1 medida y media de yogur)
Papel de hornear o mantequilla (para el molde)
Proceso de elaboración
El proceso de elaboración consta de 3 partes: mezcla de ingredientes, moldeado, y proceso de horneado ¡vamos allá!
Mezcla de ingredientes
En primer lugar, debemos mezclar todos los ingredientes para crear el cuerpo del bizcocho. Para ello, tomaremos un recipiente hondo y lo bastante grande para meter todos los ingredientes.
Lo primero que debemos mezclar será el azúcar, los huevos y el yogur natural. Este último puede ser azucarado. Batiremos con unas varillas o con un batidor eléctrico, asegurándonos de que el azúcar esta bien mezclado y sin grumos, antes de proceder con el resto de los ingredientes.
Te invitamos a conocer nuestra gama de batidores eléctricos baratos. Sin duda lo que necesitas y al mejor precio ¡compruébalo tú mismo!
Habiendo reservado el recipiente del yogur, lo usaremos como medidor para los demás componentes sólidos y el aceite. Recomiendo secar el recipiente y medir el aceite en ultimo lugar para evitar que la harina o el chocolate se queden pegados en sus paredes. No los mezclaremos de cualquier forma, antes de mezclarlos, los tamizaremos.
Al tamizar los componentes sólidos evitaremos que se formen grumos y que el bizcocho resultante tenga una textura más esponjosa, debido al aire que quedara atrapado entre sus partículas. Sostenemos con una mano el colador y una vez echada la harina, daremos pequeños golpes en su borde con la palma de la mano, espolvoreándola por encima de la mezcla.
Recomiendo elegir un colador de tamaño medio e ir batiendo poco a poco para asegurarnos la perfecta integración de la harina. Cuando terminemos con ella, procederemos a tamizar la levadura o polvos de hornear y el chocolate, en las medidas indicadas al principio.
Por último, incluimos el aceite de oliva y removemos toda la mezcla hasta dejarla perfectamente ligada y con ausencia total de grumos. En este punto, la textura que nos quedará será parecida a la miel e incluso podemos probar la mezcla para asegurarnos de su buen sabor. Hay personas que le ponen dos medidas de azúcar y si eres muy goloso, puedes hacerlo, pero recuerda que el exceso de azúcar puede darte un dulce demasiado empalagoso.
La importancia del molde
Ten en cuenta que para hacer un bizcocho como el del artículo que estas leyendo necesitarás bonitos moldes de respostería.
Antes de colocar la mezcla en el molde, es conveniente forrarlo con papel para hornear y evitar así, que el bizcocho se pegue al molde. Si no lo hacemos corremos el riesgo de romper el bizcocho cuando intentemos sacarlo.
A falta de papel para hornear podemos restregar un pedazo de mantequilla por todo el molde. El resultado será el mismo. Para aprovechar toda la mezcla usaremos una espátula para verter todo el contenido dentro.
Proceso de horneado
El primer paso es asegurarse que el horno está caliente cuando metamos el bizcocho. Por eso, podemos encender el horno antes de mezclar los ingredientes para no tener que esperar a que adquiera la temperatura adecuada.
Con calor arriba y abajo, a una temperatura de 180º, colocaremos la bandeja del horno y el molde con la mezcla a media altura. Lo dejaremos unos 30 minutos aproximadamente.
Dependiendo del horno que tengamos este tiempo puede variar ligeramente. Por ello, pasados esos 30 minutos, cogeremos un palillo largo o un cuchillo en su defecto, y pincharemos en el centro del bizcocho, con cuidado de no quemarnos.
Si sale limpio significa que ya está listo. Si no, lo dejaremos el tiempo necesario hasta que salga limpio, vigilando que no se queme. Por supuesto el molde debe ser apto para el horno.
Para sacarlo del horno usa unos agarradores de horno o unas manoplas, pues el hierro del molde estará caliente. Déjalo enfriar al aire durante al menos 1 hora y luego procede a retirar el molde. Ya estará listo para servir y comer.
Consejos finales
A veces se quedan pequeños trozos de bizcocho entre los ajustes y en la base del molde. Para limpiarlo eficazmente sin necesidad de usar un palillo para sacar los restos, llena una paellera o recipiente amplio que pueda contener el molde abierto, con agua caliente durante una media hora.
Así cuando lo limpies no te costara tanto deshacerte de los restos. Además, puedes usar moldes más pequeñitos y hacer minibizcochos, pero no los llenes. Si no cuando la levadura fermente los encontraras desparramados por el horno de gas.
Como habrás podido comprobar, el menaje para repostería y pastelería es fundamental para llevar a cabo esta receta.
Nunca comas el bizcocho aún caliente. Esta advertencia no se debe a la falsa creencia que el bizcocho termina su fermentación al enfriarse y que comerlo en ese estado, puede darte un dolor de tripa, sino a algo mucho mas simple. Puedes achicharrarte la lengua.