Como amante del vino espumoso te preguntarás cuales son las diferencias entre cava y champagne. Desde el punto de vista de la elaboración, no existen diferencias.
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¿Qué diferencia hay entre cava y champagne?
Si nos fijamos en otros puntos, apreciamos qué diferencia hay entre cava y champagne. En Hostelería UNO te mostramos las perspectivas que identifican a ambos vinos. Así sabrás con qué estas brindando con tu copa de champagne.
Cava y champagne diferencia en el tipo de uva
El propio término champagne nos da una pista de las diferencias con el cava. El champagne es de origen francés, y sus viñas están tradicionalmente unidas al clima continental de Francia. Cualquiera intuye la importancia que tiene las condiciones del suelo y el clima en la concepción de la vid.
Los cavas provienen de uvas adaptadas a climas mediterráneos con unas propiedades totalmente diferentes a sus homologas francesas. La variación de sabor por estos factores, evidencia que el cava y champagne son diferentes en el tipo de uva.
Diferencia entre Cava Brut y champagne
El champagne más común es el seco. Podemos pensar que la categoría de cava Brut se lleva tan poco con el champagne, que podemos tratarlos como si fueran la misma cosa. Creer que no existe diferencia entre cava brut y champagne es un error. Las uvas tienen unas propiedades distintas. Por tanto, obtendrán distintos resultados al final.
Lo único que tienes que hacer es mantenerlo a una temperatura ideal de unos 8°C. En Hostelería UNO te recomendamos el uso de las neveras WonderCool. Una maravilla que mantendrá tu champagne y tu cava a punto. ¡Y sin peligro de que se congele!
La política hace de cava y champagne diferentes vinos
Es importante recordar la influencia que tienen las leyes sobre la producción vinícola. Las autoridades francesas permiten la producción de champagne con unos tipos de uva específica. Las variedades Chardonnay, Pinot Noir y Pinot Meunier constituyen más de un 95% de la producción de champagne. Esto deja muy poco espacio a otras uvas, a pesar de estar permitidas. Arraigando con más firmeza la diferencia entre cava y champagne.
El precio, la gran diferencia
Entre los factores que alejan al cava del champagne, es habitual encontrar el precio en los primeros puestos. Sin embargo, no deja de resultar curioso en un producto con el mismo método tradicional de producción. En casos aislados, el mismo tipo de uva. Para entender la diferencia entre cava y champagne, colocamos el foco en otro tipo de cuestiones.
Denominación champagne, un verdadero capricho
Los costes de producir un vino pueden llegar a ser altos incluso antes de plantar una sola vid. La denominación de origen Champagne solo se aplica si las uvas se producen en las regiones de la Champaña.
Estos lugares de climas continentales están al borde de las condiciones optimas para el cultivo de uvas. Las diferencias de temperatura en todo el año, las lluvias y el suelo requieren un cuidado excelso para un retorno de la inversión. Estas condiciones disparan los precios de cualquier porción de tierra con esta denominación.
Obstáculos durante la producción
La presencia de intermediarios como Moët & Chandon encarecen la cadena de producción, cargando un precio mayor al consumidor. Esto se suma al método de obtención tradicional del cava y el champagne que requiere más tiempo y trabajo. Esta condición inicial no hace sino agravarse en el proceso de producción marcando la diferencia entre cava y champagne.
Costes altos en el champagne, requiere métodos de envejecimiento más eficaces para rentabilizar la producción. Esto no significa necesariamente, que sea barato. El Moet Chandon es muy conocido en las discotecas y fiestas nocturnas como símbolo de elegancia y festividad. Tomar una copa de champagne con una buena sesión de música House es símbolo de libertad.
Una señal de estatus social
Al igual que un Rolex o un traje de Armani, el champagne es sinónimo de estatus social. Un producto de lujo que sienta bien a la naturaleza socialmente egocéntrica del ser humano. Además, una cena con unas copas de champagne es un capricho que, normalmente, no hace daño a nadie. ¡Así que tomate una copa de champagne a nuestra salud!