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El café estilo expresso parece definir un tipo de café especial, pero veamos por qué. La palabra “espresso” proviene del idioma italiano y quiere decir “rápido”, como sinónimo de “hecho a presión”.
Así, este tipo de café nació de la necesidad de obtener una bebida que pudiera prepararse rápidamente. De esta forma podrían satisfacer la demanda de los clientes en un negocio tipo cafetería. Una atención rápida y un mayor número de bebidas por hora.
Tabla o índice de contenidos:
Café estilo expresso
Fue así como, en el año 1901, un inventor italiano llamado Luigi Bezzera patentó la primera máquina de café espresso. Era una máquina que empleaba vapor para forzar la mezcla y que el agua caliente pasara a través de un molino.
Sin duda un método revolucionario que redujo considerablemente el tiempo de preparación de un café. Una bebida que ahora estaba lista en unos pocos segundos, gracias a Luigi Bezzera. Piensa que, por aquel entonces, el café se preparaba en la prensa francesa o a través del filtrado. Métodos que llevaban varios minutos de preparación.
Y no fue hasta 1948, gracias a Achille Gaggia, que se perfeccionó dicho método. Cuando Gaggia incorporó una bomba manual para generar presión, la extracción del café empezó a ser más uniforme, obteniendo a su vez esa crema tan icónica en la superficie del café. Estábamos ante la consolidación del café espresso como bebida cultural moderna.
¿Qué significa que el café sea expreso?
Un café expreso sigue haciendo referencia a esa rapidez en su preparación. Aun así, el concepto actual del café expreso añade otras connotaciones positivas como su sello de identidad. Por ejemplo, esa típica crema superior que le debemos a las modificaciones de Gaggia, tal y como señalábamos anteriormente.
No obstante, podemos enumerar una serie de características asociadas al café para que sea expreso.
- Un sabor concentrado, rico e intenso, debido a la proporción entre café y agua. Esto es así porque las máquinas de café actuales extraen los aceites esenciales y los compuestos del café. Así el resultado tiene más cuerpo y profundidad.
- Una porción más pequeña, pero potente. La porción de espresso habitual se conoce como shot, y equivale a una pequeña taza con unos 25 o 30 mililitros de café y crema. No obstante, su intensidad y contenido en cafeína hacen que este sorbo, aunque breve, sea energizante.
- La famosa crema dorada, compuesta por aceites de café y burbujas de aire, de textura aterciopelada y matices de sabor. Un indicador evidente de la calidad de esta bebida.
- Una creciente versatilidad que convierte al espresso en base para la preparación de diversas bebidas populares (capuchino, café latte, café americano, mezclas).
¿Cómo se debe tomar el café expresso?
El café expresso hay que tomarlo después de su preparación, para aprovechar su frescura y sabor intenso, dejándolo reposar lo justo y disfrutando de su aroma. El espresso solo es la forma más pura de disfrutarlo y en taza pequeña.
Otras formas de tomarlo, si preferimos probar sus derivados, serían:
- El Doppio o doble trago de espresso.
- El Capuchino, combinando a partes iguales el café, la leche vaporizada y la espuma.
- El Latte, parecido al Capuchino pero con más cantidad de leche vaporizada y menos espuma.
- El Americano, añadiendo más agua caliente para diluir el espresso.
- El Macchiato, añadiendo al espresso una pequeña cantidad de espuma de leche.
¿Qué diferencia hay entre un café expreso y uno normal?
La diferencia principal entre un expreso y un café normal es sin duda su preparación. Pero ¿cómo se prepara un expresso? Vamos a verlo.
- Seleccionamos un café adecuado, como pueden ser los granos de arábica o mezclas, de tostado medio u oscuro.
- Molemos el café finamente para conseguir una textura muy suave y perfecta.
- Empleamos una dosis de entre 7 y 9 gramos de café, compactándolo de manera uniforme para su extracción.
- Empleamos una máquina de espresso con una presión de 9 bares aproximadamente. Y el agua caliente estará entre 90 o 95 ºC.
- En unos 25 a 30 segundos tendremos un café perfecto para servir y disfrutar inmediatamente después de su preparación.
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La cultura del espresso se ha convertido en un ritual en muchas partes del mundo, en donde saborear un café al día con estas características es casi sagrado.
Para nosotros como clientes, estar de pie en la barra de un bar o restaurante para disponer de un expreso en unos pocos segundos, es un momento esencial. Incluso si lo acompañamos de una breve conversación o un momento de reflexión. Forma parte de nuestro día a día.
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